POLOLO
(1918/26)

Jugador internacional, deportista polifacético
y  víctima de la Revolución de Asturias

Era el único hijo varón de Miguel Durán Walkinshaw, director de la fábrica de explosivos de Coruño y Santa Bárbara en Asturias; pronto se traslada a Madrid para estudiar la carrera de minas.

Cuando el fútbol todavía no era un deporte profesional en España y ni siquiera se había puesto en marcha el Campeonato de Liga, Pololo encontraría su verdadera vocación en el deporte. En 1919, con apenas 18 años, ya estaba jugando con el Athletic Club de Madrid.

Cuando podía jugaba con el otro equipo que llevaba en el corazón, el Atlético de Lugones, equipo en el que colaboró en sus primeros años de vida, el cual jugaba en el fútbol asturiano.

Su carrera futbolística la desarrolla en Madrid, a la vez que completa sus estudios como ingeniero y compagina su actividad futbolística con la empresarial. Tras acabar sus estudios de ingeniero de minas, forma parte de las fábricas de explosivos de las que su padre era director.

Una vez acabada su jornada laboral se desplazaba en motocicleta a Madrid para jugar en el Metropolitano, o a cualquier punto de España donde el equipo rojiblanco disputara un partido.

Llegó a ser capitán del equipo e incluso formar parte del once que inauguró el Stadium Metropolitano en mayo de 1923. Junto con Luis Olaso y Fajardo, Pololo sería uno de los tres primeros internacionales que tuviera el Athletic Club de Madrid.

En 1926, cansado de tantos viajes, se incorpora al Real Oviedo, donde jugará durante tres temporadas.

En oct.-1934, fecha en la que se produjo la Revolución de Asturias, se había desvinculado casi completamente del fútbol, aunque seguiría practicando otros deportes como la natación y la hípica, el fútbol para él era agua pasada.

Al llegar la sublevación a su localidad, e intentar por todos los medios que la fábrica de la Unión Española de Explosivos en la que él trabajaba como responsable no cayera en poder de los revolucionarios; aunque sería una misión imposible, pues solo la defendían tres parejas de la Guardia Civil y varios de los empleados, frente a los cientos de mineros que pretendían hacerse con los explosivos para enfrentarse de tú a tú con el Ejército.

En un momento de desesperación, Pololo trató de huir de la fábrica con el resto de defensores. En una pequeña camioneta, propiedad de su empresa, consiguió recoger a su mujer e hija y a toda velocidad emprendió la huida buscando la protección de la Guardia Civil. Estuvo a punto de lograrlo.

En su camino, se encontró en plena carretera con una barricada obrera. El que fuera capitán del Atlético de Madrid no se lo pensó dos veces y pisó el acelerador a fondo tratando así de continuar su camino: se llevó por delante todos los sacos de arena y un par de enemigos, aunque a los revolucionarios les dio tiempo a disparar. Dos balas le perforaron el pecho, pero consiguió llegar conduciendo al cuartel de la Guardia Civil. Allí moriría pasadas tres horas. Tenía 33 años.

GH

No hay comentarios:

Publicar un comentario