VIGUERAS
(1932/33)

Asesinado en Argel

Fernando Vigueras Domínguez,
(Utrera, Sevilla, 30-sep.-1908/Argel, 25-jun.-1933)

Tras finalizar la temporada 1932/33, el Athletic Club de Madrid realizaría una gira por el norte de África, en la que después de jugar varios partidos en Casablanca y Orán los expedicionarios llegarían a Argel, en donde se enfrentarían a una selección franco-argelina.

Aquella misma noche del partido cuatro futbolistas del Athletic de Madrid decidirían salir a pasar unas horas en una sala de baile de la ciudad. A su regreso al hotel, los futbolistas presenciarían una riña entre dos mujeres en plena calle, y decidirían interponerse entre ellas para separarlas. En aquel momento llegarían al lugar varios policías de paisano que, sin identificarse, comenzarían a golpear a los jugadores, quienes a su vez repelerían la agresión.

Posteriormente llegarían más agentes, detendrían a los cuatro futbolistas y los conducirían a las dependencias policiales. Ya en comisaría, los policías identificarían a los jugadores y se ensañarían con Fernando Vigueras, al que golpearían brutalmente hasta que, a consecuencia de la paliza, quedaría tendido en el suelo del calabozo, falleciendo poco después.

Horas más tarde, Enrique Ocerín, directivo del Athletic de Madrid y delegado de la expedición, se personaría en comisaría. Los mandos policiales le comunicarían que Vigueras habría muerto y que solo dejarían en libertad a los otros tres futbolistas si firmaba un documento en el que reconocía que Vigueras había fallecido porque, accidentalmente, se habría caído por una escalera y se habría fracturado el cráneo. El directivo madrileño se vería obligado a firmar el documento para evitar males mayores.

La prensa española publicaría en principio la versión oficial de los hechos y tacharía la muerte de Vigueras de ''desgraciado accidente'', pero una vez que la expedición de la plantilla regresara a España se daría a conocer la realidad de lo sucedido.

Enrique Ocerín contaría que firmaría el documento bajo amenazas de muerte. El Ministerio de Estado español trasladaría una enérgica protesta al francés, quien diría que, aunque la ciudad estuviera bajo el protectorado de este país, los policías serían nativos y que no podrían responsabilizarse de sus actos. Por su parte los argelinos se escudarían en un documento oficial firmado por el jefe de expedición del Atlético de Madrid en el que este reconocería que la muerte de Vigueras habría sido un accidente.

GH

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